La tendinopatía rotuliana, es una de las lesiones más frecuentes en deportistas que practican disciplinas con saltos, sprints o gestos explosivos. Futbolistas, jugadores de baloncesto, corredores o incluso crossfitters saben lo incapacitante que puede ser este dolor localizado justo debajo de la rótula.
En este artículo te explicamos en qué consiste esta lesión, por qué aparece y cómo la terapia de vibración puede convertirse en una aliada dentro de un plan de recuperación bien diseñado.
¿Qué es la tendinopatía rotuliana?
El tendón rotuliano une la rótula con la tibia y transmite la fuerza del cuádriceps para extender la rodilla. Cuando este tendón se sobrecarga de manera repetida —saltos, carreras, cambios de dirección—, aparecen microlesiones que, si no se recuperan adecuadamente, derivan en dolor crónico.
Los síntomas más comunes son:
- Dolor localizado en la parte inferior de la rótula.
- Molestia al saltar, esprintar o incluso al bajar escaleras.
- Rigidez matutina o tras periodos de inactividad.
Factores de riesgo:
- Sobrecarga por exceso de entrenamientos sin descanso suficiente.
- Desequilibrios musculares (cuádriceps muy fuertes frente a glúteos débiles).
- Deficiencias en la técnica de salto o carrera.
- Superficies duras y calzado inadecuado.
La terapia de vibración como herramienta de recuperación:
La terapia de vibración consiste en aplicar estímulos mecánicos de alta frecuencia sobre el tejido blando. Estos estímulos generan una respuesta neuromuscular y circulatoria beneficiosa en procesos de recuperación.
Principales beneficios en tendinopatía rotuliana:
- Disminuye la tensión muscular en cuádriceps e isquiotibiales, reduciendo la carga que recibe el tendón.
- Mejora la circulación sanguínea, favoreciendo el aporte de oxígeno y nutrientes en la zona.
- Estimula los mecanorreceptores, generando un efecto analgésico temporal que reduce el dolor.
- Acelera la recuperación post-entrenamiento, evitando acumulación de fatiga.
Cómo aplicar la terapia de vibración:
Existen diferentes dispositivos como pistolas de masaje y bolas vibratorias, que permiten trabajar de forma localizada. Aquí te dejamos un protocolo práctico:
1. Relajación del cuádriceps, con pistola de masaje con cabezal redondo. Aplicar de la cadera hacia la rodilla, movimientos lentos y constantes durante 1–2 minutos por cada zona del cuádriceps.
2. Descarga del tendón rotuliano mediante bola vibratoria. Aplicar en la parte inferior de la rótula (sin presionar directamente sobre el hueso) durante 30–45 segundos en intensidad baja-media.
3. Trabajo complementario en isquiotibiales y glúteos con pistola de masaje o bola vibratoria. Realizar movimientos lentos para reducir rigidez y mejorar la mecánica de rodilla durante 1–2 minutos por grupo muscular.
Plan de uso:
- Fase de dolor agudo: sesiones diarias con baja intensidad para alivio.
- Fase de recuperación activa: 3–4 veces por semana, combinando vibración + ejercicios excéntricos (sentadillas con bajada lenta, step downs).
- Prevención y retorno al deporte: 1–2 minutos de vibración antes de entrenar como activación y después para descargar.
Precauciones importantes:
- No aplicar vibración directamente sobre la rótula.
- Ajustar la intensidad: siempre empezar suave.
- La terapia de vibración es un complemento y debe acompañarse de trabajo de fuerza, control de cargas y supervisión de un fisioterapeuta.
Conclusión:
La tendinopatía rotuliana no se resuelve con un solo método: requiere descanso relativo, ejercicios de fortalecimiento y una buena planificación del entrenamiento. Sin embargo, herramientas como la pistola de masaje o la bola vibratoria de Koulness pueden marcar la diferencia, ayudando a aliviar el dolor, mejorar la circulación y acelerar la recuperación. Cuidar tus rodillas hoy es invertir en seguir entrenando mañana.
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